Esta receta es un appetizer delicioso cuya humedad gracias a la miel, lo hace irresistible. Basta con mirar la foto.
La tomé prestada de la página española Directo al paladar.
Las posibilidades con este tipo de pasteles salados son infinitas. Una variante podría ser reemplazar el puerro por cebolla de verdeo y el queso cheddar, por pategrás.
En el mercado
310 g. de harina
2 cucharaditas de sal
2 cucharaditas de levadura
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
2 huevos
300 m. de buttermilk [*]
100 g. de manteca
25 g. de miel
2 puerros
100 g. de queso cheddar
En la cocina
1) Precalentar el horno a 190°.
2) Pelar los puerros, cortarlos en trozos pequeños y reservar.
3) Rallar el queso cheddar y reservar.
4) En un bowl, colocar los ingredientes secos, la harina, la levadura, el bicarbonato y la sal. Remover hasta integrar todos los ingredientes.
5) En otro bowl, colocar los ingredientes húmedos, los huevos ligeramente batidos, la buttermilk [*], el manteca fundida y la miel. Batir hasta que todos los ingredientes estén completamente integrados.
6) Integrar los ingredientes húmedos con los ingredientes secos y mezclarlos hasta que ambos estén integrados, y no haya resto de ninguna de ellas, pero sin batir en exceso, sino perderá esponjosidad.
7) Reservar un poco de queso cheddar para rociar la parte superior de los muffins.
8) Añadir el puerro y el resto del queso cheddar e integrarlos con suavidad en la masa hasta que quede repartido en la misma.
9) Pasar la masa a los moldes engrasados previamente.
10) Introducir en el horno, y dejar hornear durante unos 25 minutos o hasta que pinchando con una aguja ésta salga limpia.
[*] Mezclar 240 m. de leche con una cucharada de jugo de limón y dejar reposar durante unos 2/3 minutos.
Comsejo: servirlos tibios.